Cada vez se habla más de este concepto que puede traducirse como «atención plena». Los antiguos budistas ya lo practicaban hace más de 2500 años. Por eso sabemos que da resultado.
El estrés y sus efectos nocivos sobre la salud representan una amenaza que se manifiesta en todos los aspectos de nuestra vida diaria.
Además, nos cuesta cada vez más concentrarnos en una misma tarea durante un período de tiempo concreto. Nuestro cuerpo está en el lugar adecuado, pero nuestra mente deambula por otro camino.
El mindfulness es una herramienta poderosa que todos podemos aprender a desarrollar. Consiste en adquirir conciencia de las señales que nos envía nuestro cuerpo y que solemos ignorar.
El problema es que, en lugar de prestar atención a las sensaciones y sentimientos de nuestro presente, estamos más pendientes del pasado (que ya no podemos cambiar) y del futuro (que todavía no existe).
Para huir de este callejón sin salida debemos centrarnos en el aquí y el ahora, sin emitir juicios y dejando que fluyan las emociones.
Con un entrenamiento adecuado, basta con sesiones de unos diez minutos que podemos realizar en casa, en el trabajo o al aire libre. De este modo, el mindfulness contribuyea despejar la mente antes de acometer cualquier tarea y a disminuir los niveles de ansiedad.
La práctica continuada de este ejercicio proporciona beneficios a largo plazo: aumenta la creatividad y la inteligencia emocional, mejora la concentración, mantiene a raya el estrés y ayuda a conseguir un descanso de mayor calidad.
El mindfulness es una puerta directa al autoconocimiento y el bienestar: el secreto está en que nos permite aprovechar todas las ventajas que ofrece la conexión entre el cuerpo y la mente.
Te recomendamos el libro Mindfulness, de Danny Penman y Mark Williams (Editorial Booket). De manera práctica y sencilla, esta obra ofrece una guía eficaz para apartarnos del pulso frenético que domina el día a día y descubrir nuestro ritmo interior. Con solo unos minutos diarios puedes conseguir resultados espectaculares.