Salud y Bienestar

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Motivos por los que las plantas pueden ser el mejor compañero de piso

Las plantas no solo son un elemento decorativo que realza la belleza de nuestro hogar o da sentido a rincones desaprovechados. Compartir con ellas salones, baños, recibidores y dormitorios mejora la calidad de vida a nivel físico y emocional. A continuación, te invitamos a conocer muchas de sus características y cualidades.

Aromatiza de forma natural

Las plantas absorben los malos olores. Los tejidos del sofá, los cojines, las cortinas, o materiales como la madera de los muebles, a menudo retienen los olores como si fueran esponjas: el aroma de la comida, el sudor, etc., se mezclan para quedarse, dejando un olor muy particular en cada casa.

Y no solo se trata de neutralizar la fragancia de tu casa. Te habrá pasado que andando por la calle te llega el perfume de un desconocido que te recuerda a alguien cercano o a un momento de tu infancia. Los olores son de las pocas formas de viajar en el tiempo o teletransportarse en cuestión de un instante a lugares que nos quedan lejos. Ambientar tu casa con un tipo de flor concreto es una forma de darle, no solo color, sino una identidad propia que quede en el recuerdo de todos.

Optimiza tu descanso

Dormir en un aire limpio mejora la calidad del sueño. La flora, al convertir nuestras exhalaciones carbonadas en oxígeno, ofrece un ambiente constantemente renovado y purificado. También actúan como humidificadores naturales, reduciendo la sequedad del entorno, evitando así que molestias como la tos se interpongan o rompan los ciclos de descanso. Son muy versátiles, pues incluso cuando humidifican el aire son capaces de combatir la aparición de moho. Demuestran ser lo mejor para la purificación en todos sus sentidos.

Además, las plantas no solo limpian el aire de residuos humanos y hongos, también captan el polvo y el humo, cuyas partículas cargan el ambiente y producen sensación de fatiga. Para el fumador que no tiene pensado dejar de fumar o aquel que vive allí donde hay más polución, tener plantas en casa puede contrarrestar los efectos nocivos hasta un 20% menos en adición y prometer un sueño un poco más reparador.

Contribuye a tu salud física

Las plantas tienen un efecto positivo en la presión arterial, disminuyendo síntomas como dolores de cabeza y enfermedades cardiovasculares. Sin centrarnos más en la planta en sí y más en el hecho de mantenerla, hablamos ahora de la jardinería como práctica saludable. Concretamente, un estudio del Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics encuentra en la jardinería el secreto para tener un corazón sano. En este, se comparan individuos que cuidan por placer de su jardín, personas sedentarias y deportistas, demostrándose una capacidad aeróbica similar entre los deportistas y los ‘jardineros’.

Cuidar de tus plantas, exteriores o interiores, requiere de un mínimo de actividad física, que, aunque moderada, es mejor que nada. No solo limpian los pulmones cuando estamos tumbados en el sofá o durmiendo, también nos fuerzan a levantarnos del sofá para regarlas, cambiar la tierra, ir a comprar pesticidas, etc. Como nosotros, son seres vivos, y los seres vivos nos cuidamos mutuamente.

Reducen la electricidad estática y el ruido

Las plantas no solo traen paz y tranquilidad a tu hogar por el verde de sus hojas o los perfumes de agradable sutileza. A veces hablamos desde el sentido más literal, y es que son muy buenas amortiguadoras del ruido. Si vives en una ciudad, por ejemplo, repartir macetas por la casa o tener un rincón en exclusiva para ellas será una forma de tener presente una naturaleza que te queda lejos, así como una capa aislante del barullo o la estridencia de los sonidos, tanto exteriores como interiores.  Parece mentira, pero su anatomía altera la acústica de los espacios actuando como lo hace con los olores: en vez de rebotar en ellas, estas los absorben, los mitigan.

Y, recuperando su rol como humidificadores naturales, conviene destacar su eficiencia para reducir la electricidad estática, un tipo de energía que prolifera en entornos secos y que puede ser peligroso en altas cantidades. Teniendo en cuenta que la vida cotidiana doméstica nos pide a menudo que manipulemos sustancias y objetos (materiales aislantes o cocinas de gas, por ejemplo) que pueden reaccionar negativamente con este tipo de carga, la humedad que generan las plantas puede aliviar el efecto, dejándolo todo en una fricción inofensiva.

Te recomendamos las mejores plantas hogareñas

  • Pothos. Es la planta de interior más resistente que existe. Se adapta a ambientes con poca luz y solo es necesario regarla cuando la tierra está completamente seca. Desde un punto de vista estético, luce especialmente en muebles altos por su elegante caída.
  • Lirios de la paz. Destaca por una alta capacidad para purificar el aire. También es fácil de cuidar, siendo la única consideración que en invierno hay que regarla con menos frecuencia, y agradece que se le pulvericen las hojas. Visualmente, es perfecta si quieres lucir un hogar florecido todo el año sin excepción.
  • Anturio rojo. Conocida como Flor del Amor, dará un toque de color ineludible a tus estancias. Su belleza, eso sí, viene de la mano de un cuidado un poco más riguroso. Hay que pulverizarla y regarla con frecuencia: la tierra debe estar siempre húmeda.
  • Ficus. Por su altura, necesita un espacio amplio y un ambiente bien iluminado, pero evitando la luz directa. Requiere más cuidado que las anteriores, pues necesita abono y fertilizantes especiales, así como la limpieza de las hojas con un paño húmedo.
  • Calathea. Esta planta captará la atención de cualquier invitado, con sus hojas de color verde azulado y tonos violeta. Es perfecta para interiores oscuros y tiene un largo periodo de vida, tan solo basta con regarla cuando la tierra se nota seca y vigilar que la temperatura no sea inferior a 15ºC.