Ocio y Cultura

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Cine de los 90: 25 clásicos que vale la pena (re)descubrir

Hubo una era en la que nadie imaginaba que el universo de Star Wars se expandiría hasta el infinito, ni que se podría recuperar a personajes de Karate Kid para una serie.El cine era todavía la Gran Pantalla y nos dejó obras que siempre estamos a tiempo de disfrutar de nuevo.

  • UNO DE LOS NUESTROS (Martin Scorsese, 1990)

Un gánster es, al mismo tiempo, un psicópata y un ganador con las horas contadas. Sin embargo, como personajes de ficción son impagables. Esta es la historia (emocionante y sangrienta) de uno de los «chicos listos»: Henry Hill, en la gran interpretación de Ray Liotta. Y mucho ojo con Tommy (Joe Pesci).

  • PRETTY WOMAN (Gary Marshall, 1990)

«Quiero el cuento de hadas». Lo dice Vivian (Julia Roberts) cuando le pide lo imposible a Edward (Richard Gere). Por suerte, en el universo de Pretty Woman, la fábula de la Cenicienta puede hacerse realidad. Con todo lo que los tiempos han cambiado, esta película sigue emocionando.

  • THELMA & LOUISE (Ridley Scott, 1991)

Dos mujeres (Geena Davis y Susan Sarandon) no se conforman con el rumbo que llevan sus vidas y deciden darse un respiro. Cuando las cosas se complican, se convierten en protagonistas de una historia heroica. Este fue uno de los primeros alegatos contra el machismo que pudieron verse en el cine de Hollywood.

  • LE LLAMAN BODHI (Kathryn Bigelow, 1991)

Muchos recuerdan la imagen de unos atracadores de bancos con máscaras de presidentes de los Estados Unidos. Pertenece a esta película, convertida hoy en un clásico de culto. Un agente del FBI (Keanu Reeeves) se infiltra en una banda de surfistas con un líder carismático (Patrick Swayze).

  • EL SILENCIO DE LOS CORDEROS (Jonathan Demme, 1991)

Un perfil que se ha imitado cientos de veces es el del asesino en serie despiadado, inteligente y con gustos refinados. Pero nadie ha superado a Hannibal Lecter (Anthony Hopkins) en su capacidad para aterrorizar; ni tampoco a la agente Clarice (Jodie Foster) como su brillante antagonista.

  • SIN PERDÓN (Clint Eastwood, 1992)

Bill Munny, encarnado por el propio Eastwood, es un antiguo forajido, ya retirado y al borde de la miseria. Su fama de asesino cruel es su único capital. Hasta que recibe una oferta que no puede rechazar. No haría falta ni mencionar sus cuatro Oscar: este es uno de los mejores westerns de la historia.

  • DRÁCULA, DE BRAM STOKER (Francis Ford Coppola 1992)

Aunque parezca increíble, en 1992 las películas de terror no solían contar con grandes presupuestos ni con directores como Coppola. Gracias a películas como esta, eso ya no ocurre. Las interpretaciones de Gary Oldman, Winona Ryder, Keanu Reeves y Anthony Hopkins son electrizantes.

  • ATRAPADO EN EL TIEMPO (Harold Ramis, 1993)

Muchos pensaron que solo era una comedia simpática, pero este bucle protagonizado por Bill Murray y Andie MacDowell ha superado el paso del tiempo con nota. Cuando alguien dice «esto parece el día de la marmota», todos (los que tenemos una edad) sabemos a qué se refiere.

  • LA LISTA DE SCHINDLER (Steven Spielberg, 1993)

Liam Neeson dio vida al protagonista y Spielberg supo crear una película que emociona y sorprende, basada en la historia real de Oskar Schindler. A pesar de todo lo que se ha contado sobre el Holocausto, La lista de Schindler destaca como un gran relato de coraje, horror y redención.

  • PARQUE JURÁSICO (Steven Spielberg, 1993)

Solo Spielberg podría ser capaz de estrenar (en el mismo año) dos obras tan opuestas como La lista de Schindler y Parque Jurásico (y acertar en ambos casos). Con esta nació una nueva saga de aventuras, y los dinosaurios se han convertido en las criaturas favoritas de varias generaciones de niños.

  • PULP FICTION (Quentin Tarantino, 1994)

Si la influencia de una película se mide por su cantidad de escenas memorables, aquí hay un ejemplo claro: el baile de John Travolta y Umma Thurman; la sobredosis (con resucitación incluida); el monólogo de Samuel L. Jackson; el contenido del maletín; la extraña jornada de Butch y Marsellus Wallace…

  • CADENA PERPETUA (Frank Darabont, 1994)

Este magnífico drama carcelario se basa en una obra escrita por Stephen King, pero aquí todo el horror es absolutamente terrenal. Es imposible no sufrir con Andy Dufresne (Tim Robbins) en su injusto paso por una prisión donde, de entrada, cuenta con pocas opciones de supervivencia.

  • TOY STORY (John Lasseter, 1995)

Gracias al descubrimiento de que los juguetes tienen vida propia (y sentimientos), la historia del cine de animación cambió para siempre. Desde entonces, todavía esperamos nuevas aventuras de Woody y Buzz Lightyear, pero esta fue la primera: nadie había contado antes una historia como esta.

  • SEVEN (David Fincher, 1995)

Muchas películas policiales empiezan así: un agente a punto de jubilarse recibe un último encargo. En este caso, Morgan Freeman tiene que ocuparse de un detective joven y prometedor (Brad Pitt). A partir de este momento, la trama avanza de forma vertiginosa hasta un final para el que nunca estás preparado.

  • SOSPECHOSOS HABITUALES (BRYAN SINGER, 1995)

Lo que empieza como un interrogatorio para un caso que parece estar a un paso de quedar cerrado para siempre se convierte en un extraño rompecabezas. Una frase memorable: «El mejor truco del diablo es convencer al mundo de que no existe». Y un malvado con una fama casi sobrehumana: Keyser Söze.

  • TRAINSPOTTING (Danny Boyle, 1996)

Un grupo de jóvenes marginados de Edimburgo se convirtieron en un símbolo de todo lo que no hay que hacer en la vida. La película destila humor (no solo negro), avanza con ritmo imparable (la banda sonora es excelente) y no escatima suciedad ni efectos secundarios cuando habla de drogas. «Elige la vida».

  • FARGO (Joel Coen, 1996)

Marge (Frances McDormand), una jefa local de policía, embarazada y muy observadora, se encuentra con el peor embrollo de su carrera profesional. Sin embargo, Marge sabe tirar del hilo y resuelve una trama que combina codicia, estupidez y sangre fría. El resultado es un thriller inclasificable y adictivo.

  • LA PRINCESA MONONOKE (Hayao Miyazaki, 1997)

Una de las grandes creaciones del Studio Ghibli combina mitología, aventura y mensaje ecologista en una de las cumbres del cine de animación. Ashitaka, último guerrero de su clan, tiene que enfrentarse a una criatura demoníaca para salvar a su pueblo.

  • TITANIC (1997)

La obsesión por evitar los spoilers y buscar siempre la sorpresa final no tiene que hacernos olvidar que, si la historia es buena, no importa que ya sepamos el final. Tenemos claro que el barco va a hundirse desde el minuto cero, pero seguimos los pasos de Jack y Rose durante sus únicas horas juntos.

  • SALVAR AL SOLDADO RYAN (Steven Spielberg, 1998)

Ninguna película había mostrado hasta entonces la crudeza de la guerra, sus reglas absurdas y la insensatez del dolor que provoca. La escena del desembarco en Omaha Beach hiela la sangre, y eso es solo el principio. Tom Hanks está en uno de sus mejores papeles como el capitán John Miller.

  • EL SHOW DE TRUMAN (Peter Weir, 1998)

La vida de Truman Burbank (Jim Carrey) es perfecta y monótona, y así lo ha sido desde que nació. Lo que nunca ha imaginado es que, en realidad, es el protagonista del reality show de mayor audiencia de la historia. Pero ¿qué ocurre cuando un personaje decide saltarse el guion de su propia historia?

  • EL SEXTO SENTIDO (M. NIGHT SHYAMALAN, 1999)

Es casi imposible no conocer el giro final. Aun así, vale la pena comprobar cómo el filme está construido como un mecanismo perfecto, donde todas las piezas encajan, para pasmo del psicólogo Malcolm Crowe (Bruce Willis). Incluye una de las frases de la década: «En ocasiones veo muertos».

  • EL CLUB DE LA LUCHA (David Fincher, 1999)

Hablando de desenlaces inesperados, la adaptación de la novela de Chuck Palahniuk es antológica. No importa si Tyler Durden (Brad Pitt) es real o no, o si el narrador (Edward Norton) está completamente perdido. Su crítica al consumismo con tintes terroristas (es anterior al 11-S), sigue siendo demoledora.

  • MATRIX (LILY Y LANA WACHOWSKI, 1999)

Innovación visual, acción sin límites y una potente carga filosófica. La influencia de Matrix llega hasta nuestros días y abarca cualquier género. Neo (Keanu Reeves) tiene que escoger entre creer que tiene la solución a un problema que aún no conoce… o seguir soñando.   

  • MAGNOLIA (Paul Thomas Anderson, 1999)

Perdedores, niños prodigio, millonarios… todos pueden estar conectados por algo más que coincidencias. A través de un guion inspirado y con la presencia de Philip Seymour Hoffman, Tom Cruise, Julianne Moore y John C. Reilly, la película atrapa, evita las respuestas sencillas y rompe todos los esquemas.