Sol y nubes blancas, campos dorados y playas cristalinas, amor e infancia… En verano, todo se siente distinto, mejor. Porque parte de la magia de esta estación está, precisamente, en disfrutar y en crear recuerdos inolvidables. Si ya estás soñando con las vacaciones, aquí te recomendamos siete películas imprescindibles para empezar a saborear el verano y que la espera no se haga eterna.
Dirty Dancing, Emile Ardolino, 1987

Frances Houseman, a la que todos llaman Baby, pasa el verano de 1963 en un complejo turístico en las afueras rurales de Nueva York, junto a sus padres y su hermana. Durante estas vacaciones, la joven de 17 años descubre mundos paralelos a su acomodada vida: el del baile y el del amor. Desde el primer momento, se fija en Johnny, un joven instructor de baile, y se enamora de él. Los romances juveniles siempre llegan al corazón, por sentirse todo tan nuevo y reluciente, aunque eso no quita que las cosas puedan torcerse.
Al fin y al cabo, Johnny y Baby son de mundos distintos: ella, de familia rica, y él, un empleado del balneario donde ella pasa el verano. Sin embargo, cuando la música empieza a sonar por el tocadiscos, los prejuicios desaparecen, y solo importan ellos dos.
Una película con una inolvidable banda sonora que marcó a toda una generación, en la que vivirás esa emoción del primer amor y las infinitas posibilidades que depara el verano.
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Vacaciones en Roma, William Wyler, 1953

Anne, interpretada por Audrey Hepburn, es una joven princesa girando por Europa durante el verano. Cuando llega a Roma, decide huir del palacio en el que se hospeda y, bajo los somníferos administrados por su médico, acaba durmiéndose en uno de los bancos de la ciudad. Allí, la encuentra el joven periodista Joe Bradley, quien la acoge en su casa sin hablarle de su oficio y sin saber que ella es de la mismísima realeza: más tarde, esta revelación despierta su instinto profesional, pues es, sin duda, una historia digna de portada.
Joe y Anne recorrerán la ciudad y todas sus maravillas, mientras él finge ignorar su identidad. Sin embargo, los días que pasan juntos le permite conocer a Anne y eso comprometerá su exclusiva. Al mismo tiempo, en el palacio cubren la desaparición de la princesa diciendo que ha caído enferma y emprenden su búsqueda.
Un clásico de los de blanco y negro, donde los actores que protagonizan la película (Audrey Hepburn y Gregory Peck) tendrían que ser motivo suficiente para que la añadieras a tu lista de pendientes (por supuesto, sin olvidarnos de algunas escenas míticas con la ciudad eterna de fondo).
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Vaiana, John Musker y Ron Clements, 2016

En una isla del sur del Pacífico, Vaiana Waialiki sueña con cruzar océanos y recorrer mundo, aunque los viajes cesaron por una misteriosa razón tiempo atrás. Ante esta situación, la joven desafía las órdenes de su padre, el líder de una de las tribus isleñas, con tal de desvelar los secretos de sus antepasados y poder vivir aventuras, ser libre. Junto a su mascota Heihei salen a la aventura por esas aguas inmensas y desconocidas, forjando amistades por el camino que les ayudan con su misión. Entre peligros y obstáculos, Vaiana disfruta de las maravillas del mundo: animales marinos gigantes, sociedades ocultas y culturas ancestrales.
Esta película de animación, de la que ya existe una segunda parte, es un viaje a mar abierto, perfecta para ver en familia y despertar en los más pequeños las ganas por descubrir y conocer. Y a su vez, no hay adulto a quien no le emocionen ese optimismo y la pasión de Vaiana, animándonos, quizás, a planificar una pequeña escapada de verano donde el mar sea el auténtico protagonista.
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Mamma Mia!, Sean Baker, 2017

¿Quién no ha soñado con una pequeña escapada veraniega por alguna isla griega? Esta película se le parece mucho y, además, con una banda sonora perfecta. Inspirada en el grupo musical de los setenta ABBA, la trama gira en torno a Sophie, una veinteañera que ha crecido en un hotel de Grecia junto a Donna, una madre poco convencional.
La joven, risueña y curiosa, se empeña en descubrir la identidad de su padre de una vez por todas cuando encuentra un antiguo diario con la dirección de tres hombres desconocidos. Con una boda a la vuelta de la esquina, Sophie incluye en la lista de invitados a Sam, Harry y Bill, y a partir de entonces, la historia se resuelve entre acertijos y canciones.
Llena de color y coreografías, es la película ideal para despertar sentimientos adormecidos en nuestro día a día, como la brisa entre la ropa ligera y la piel con sabor a sal. Además, si tuviéramos que explicar el verano perfecto en formato musical, Mamma Mia! sería el mejor ejemplo.
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Tú a Londres y yo a California, Nancy Meyers, 1998

Una de las comedias familiares más queridas y entrañables de los 90’ (basada en un clásico de 1961), comienza cuando dos niñas idénticas, Annie y Hallie, se conocen en un campamento de verano y descubren que son hermanas gemelas separadas al nacer. Una vive en Londres con su madre, y la otra en California con su padre. Después de su encuentro, deciden intercambiar lugares para conocer al otro progenitor y, en secreto, tratar de reunir a sus padres.
El verano es el escenario perfecto para esta historia de aventuras, travesuras y emociones. El campamento, los juegos al aire libre, las amistades, y ese aire de libertad que trae la estación más cálida, se sienten en cada escena.
Durante las vacaciones, los días se llenan de luz, el corazón se abre, y lo imposible parece al alcance de la mano. Y así, como un verano que no se quiere acabar, la película deja una sensación de alegría y esperanza que perdura mucho después de los créditos.
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Antes del amanecer, Richard Linklater, 1995

Una estudiante francesa, Céline, y un joven estadounidense que viaja por Europa después de una ruptura amorosa, Jesse, se suben al mismo tren, mismo vagón, con destino a París. Un intercambio de miradas basta para que ambos perciban e, inmediatamente, confiesen sin tapujos la conexión que han tenido. Antes de pararse en Viena, Jesse le propone a Céline bajarse del tren y dar una vuelta por la ciudad.
En el transcurso de una noche, pasean y hablan sin parar hasta tal punto que, para cuando amanece, sienten que no pueden despedirse. A Céline la esperan en París, y es por eso que, de vuelta al andén, hacen un pacto: volver a verse en el mismo lugar seis meses más tarde, sin mantener contacto hasta entonces.
Si tus destinos vacacionales acostumbran a ser por ciudades europeas, es esencial ver esta película (la primera de una trilogía inolvidable) antes de que llegue el verano, todavía a tiempo para comprar un billete de tren a buen precio y salir a la aventura, ser espontáneo y el resto dejarlo en manos de alguien con quien hablar hasta que amanezca. Este tipo de historias parecen posibles cuando el verano corta la rutina por la mitad, ofreciéndonos la oportunidad de ser lo que queramos allí donde no nos conocen.
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Vacaciones de verano, Santiago Segura, 2023

En los últimos años, el actor y director Santiago Segura se ha convertido en un experto en comedias de humor familiar. Esta historia ligera y entrañable comienza con el despido de sus dos protagonistas: Óscar (interpretado por el propio Segura) y Félix (Leo Harlem), quienes deciden aceptar un peculiar empleo como animadores en un hotel de lujo en la costa… con la condición de llevarse a sus hijos con ellos. Lo que prometía ser un verano tranquilo y una oportunidad para recuperar el rumbo, se convierte en una sucesión de enredos, secretos mal guardados, romances inesperados y situaciones disparatadas, todo aderezado con la calidez del sol mediterráneo.
Si el verano es ese paréntesis en el año en el que todo parece más fácil, más cálido y más divertido, esta película sabe capturarlo con sencillez y cariño. Porque, al fin y al cabo, como bien refleja esta historia, el verano no es solo una estación: es ese momento en el que las risas en familia y los “pequeños desastres” se convierten en recuerdos para toda la vida.
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