Ubicado en la Sierra de Gredos, fue inaugurado en 1928 como el primer Parador de Turismo de España. Desde entonces ha sido todo un emblema de cómo entender un servicio de primer orden y un lugar con mucha historia.

Rodeado de un paisaje de gran atractivo en Navarredonda de Gredos (Ávila), entre aguas cristalinas y verdes pinares, este parador ha sido el motor turístico de la comarca desde hace casi un siglo.

Su interior, con una decoración rústica, proporciona un ambiente acogedor y señorial al mismo tiempo, además de unas vistas majestuosas del Valle de Tormes, la Sierra de Piedrahita y el macizo de Gredos.

El hotel es un punto de partida ideal para realizar excursiones por la zona. Entre las posibles opciones destacan la visita a una de las calzadas romanas mejor conservadas de España, o un recorrido que lleva a contemplar el célebre Pico Almanzor.

A poco más de media hora en coche se puede visitar Arenas de San Pedro, una bella localidad conocida por su patrimonio y por las Cuevas de Ávila.

La oferta gastronómica de la región es otro de los valores a tener en cuenta, con platos como las sabrosas judías del Barco y el chuletón de ternera.  

El Parador de Gredos es un gran lugar para el descanso y el disfrute de diversas actividades culturales y de entretenimiento, gracias a la calidad de sus alojamientos y por su excelente situación geográfica. Es, además, un lugar lleno de historia.

Una conspiración y una constitución

A lo largo de toda su existencia, este parador ha alojado a personalidades de todo tipo, desde jefes de estado a actores célebres. Sin embargo, entre sus regios muros también se escribieron algunas páginas decisivas de nuestra historia.

En verano 1935, la cúpula de Falange se reunió en el Parador de Gredos para programar un golpe contra la República. Allí se tomó la decisión de emprender un alzamiento armado.

Más de cuatro décadas después, en 1978, España se encontraba en una encrucijada. Los partidos políticos acordaron designar a un grupo de siete hombres de ideologías diversas, pero con una única misión.

Se los conoce como los padres de la Constitución y se reunieron en Gredos durante días de trabajo, discusión y consenso. Allí, en el Salón del Silencio, se redactó la primera versión de nuestra Carta Magna.