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Consejos y trucos para ahorrar en el día a día

Basta con adoptar unos hábitos sencillos para evitar gastos innecesarios y, en definitiva, poder destinar nuestros ingresos a aquello que realmente nos interesa. Todos sabemos que el ahorro es una cuestión de sentido común. Sin embargo, ¿cuántas veces pasamos por alto detalles que nos parecen insignificantes?

Todo suma

¿Has oído la expresión «gastos hormiga»? Se refiere a las compras de importe bajo que realizamos de forma compulsiva (por ejemplo, de camino a la caja registradora, cuando estamos haciendo cola en el súper).

Creemos que «un día es un día» o que se trata de gastos sin importancia. El problema es que, sin darnos cuenta, acabamos haciendo muchas excepciones (y eso lo saben muy bien quienes disponen los artículos en las grandes superficies).

Planifica antes de ir al súper

Siempre es mejor ir lo menos posible a comprar, porque cada vez que entramos en el súper tendemos a adquirir alguna cosa que no necesitamos. Por eso es mejor concentrar las compras y pensar con antelación.

Establece planes semanales y haz la lista de la compra en función de menús bien estudiados de comidas y cenas. Te sorprenderá descubrir que una alimentación saludable es, además, mucho más económica. (Un consejo básico: es mejor no ir al súper justo antes de comer).

Piensa antes de comprar

  • Acostúmbrate a cuidar la ropa para que dure más.
  • Apuesta por la calidad a largo plazo.
  • Mira las fechas de caducidad.
  • Consume productos de temporada.
  • Antes de escoger un producto de una estantería, ten en cuenta este detalle: si está situado a la altura de tus ojos es por algo.

La cocina es esencial

  • Evita el desperdicio de alimentos: piensa en opciones como las croquetas, las cremas y los batidos para no tirar nada que esté en buen estado.  
  • Invierte más tiempo en cocinar y compra menos productos elaborados (eso incluye las verduras ya cortadas).
  • Desayuna en casa.
  • Haz tus propios caldos.
  • Usa la olla exprés y opta por robots de cocina eficientes.
  • Ajusta el fuego.
  • Optimiza el uso del horno.
  • Perfecciona el uso del táper y aprovecha el congelador.

Revisa las facturas y recibos

Aunque los gastos fijos sean inevitables, no hay que caer en el error de pagar a ciegas. Si hay una compañía que ofrece tarifas más económicas para la luz, el agua o el gas, cambia de proveedor de suministros. A veces no es imprescindible cambiar de compañía: puede bastar con renegociar el contrato que ya tenemos.

Gasto energético

  • Recicla por sistema.
  • Apaga luces y usa bombillas de bajo consumo.
  • No dejes electrodomésticos en stand by.
  • Reduce el gasto en gasolina: opta por el transporte público, usa la bicicleta o aprovecha para pasear.
  • No desperdicies agua.
  • Usa un termostato para controlar la temperatura.
  • Vende los artículos nuevos que no uses.
  • Reduce el gasto de papel (no hace falta imprimirlo todo).
  • Controla los ajustes de las pantallas de tus dispositivos para gastar menos energía.                                            

En definitiva, no hace falta practicar la austeridad ni hacer grandes sacrificios para ahorrar un poco. Y si controlas tus gastos, siempre podrás hacer planes (y permitirte algún capricho).

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