Salud y Bienestar

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Cómo desconectar en verano: consejos para disfrutar al máximo de tu tiempo

El objetivo más evidente de las vacaciones es desconectar del trabajo, aunque a veces las cosas no funcionan como esperamos. Tanto el cuerpo como la mente necesitan descanso. Solo así se consigue renovar la energía y evitar una nociva acumulación de estrés.

Planifica tu desconexión

No improvises antes de tomarte unas vacaciones. Una buena planificación es el requisito imprescindible para poder desconectar con éxito. En caso contrario, puede que el descanso se vea interrumpido por tareas pendientes, emails que recuerdan compromisos o el estrés mental que supone imaginar la pila de trabajo acumulado que nos espera a la vuelta del verano.

Empieza a desacelerar con tiempo

Desconectar es mucho más difícil si tienes diez proyectos en marcha y quieres parar en seco y desaparecer durante dos semanas. Empieza a preparar tu partida con la suficiente antelación. Eso supone dejar tareas concluidas y delegar otras, avanzar asuntos clave y coordinarte con clientes y compañeros. Seguro que el resto puede esperar. Recuerda que las cuentas pendientes son una gran fuente de intranquilidad.

No conviertas tus vacaciones en un nuevo trabajo

Esta tendencia es también una barrera para la desconexión: nos autoimponemos todo tipo de tareas porque, en el fondo, creemos que no vamos a saber qué hacer con el tiempo libre. La paradoja es que durante todo el año nos quejamos de que nos falta tiempo. Sin embargo, tendemos a llenar el vacío con obligaciones o actividades que no siempre sabemos escoger. No sobrecargues porque sí tu tiempo de ocio.

No estés pendiente del móvil

Si es lo primero que consultas cada mañana y lo último que haces antes de ir a dormir, tus vacaciones pueden convertirse en teletrabajo antes de que te des cuenta. Si necesitas consultar tu correo de forma periódica, escoge un momento concreto del día para hacerlo (mejor si no es a diario). Sobre todo, evita estar mirando tu mail de forma compulsiva y constante. Desactiva las notificaciones del correo y el Whatsapp del móvil de empresa. Establece unas normas para los mensajes urgentes.

No hay nada malo en no hacer nada

¿Eres capaz de estar sin hacer nada durante quince minutos? Aunque parezca increíble, esto puede llegar a ser todo un reto. A menudo caemos en la trampa de valorar nuestras acciones en función de su productividad. Sin embargo, no todos los aspectos de nuestra vida se pueden evaluar como si fueran tareas relacionadas con un trabajo. No tenemos por qué buscar un rendimiento inmediato a todo lo que hacemos. Si tienes un hobby que te apasione, dedícale tu tiempo. Si te apetece dibujar o contemplar el horizonte, adelante con ello.

Practica el mindfulness

Vive el momento con los cinco sentidos y disfruta de las pequeñas cosas. Busca el silencio. Reflexiona y céntrate en ti más que en la actualidad. Necesitamos una gestión adecuada para nuestra relación con las obligaciones laborales, porque cuesta dejar de un día para otro los hábitos que adquirimos durante el año. 

Cuídate

Haz ejercicio, tanto si practicas algún deporte como si te gusta pasear al aire libre. Duerme 8 horas y no descuides tu alimentación (las prisas ya no sirven como excusa para comer mal). Puedes ser más flexible, pero intenta mantener un cierto horario.

Controla la carga mental

Date un respiro, no solo respecto al trabajo: no es el momento de afrontar asuntos familiares o preocuparse por el futuro. Queda con amigos (pero solo si te apetece) y no intentes ser (siempre) tan perfeccionista. Acepta que no puedes controlarlo todo y ocúpate más de ti.

Limita tu uso de redes sociales

No es obligatorio estar al corriente de cómo son las vacaciones de los demás. Ni, por supuesto, tienes que publicar cada minuto de las tuyas en Instagram. Aplica, una vez más, la máxima «disfruta del momento».

Recupera el contacto con el mundo real

Descansa un poco de todo lo digital, lee libros (en papel), no consultes noticias relacionadas con tu trabajo ni con predicciones económicas. Disfruta de una buena conversación, de un paisaje o del sonido del mar. ¡Respira!

Desconectar es imprescindible

  • Si a pesar de las vacaciones sigues hablando de trabajo, duermes mal, pierdes apetito, estás irritable… eso indica que la desconexión no es completa.
  • Hay estudios que indican que por cada 10 horas de vacaciones de un trabajador se consigue una mejora del 8 % en su rendimiento.
  • Necesitamos desconectar de la rutina laboral porque nuestro organismo requiere librarse del estrés y la ansiedad del día a día.
  • No dejes que las vacaciones se evaporen mientras estás pensando en otra cosa. Nunca te arrepentirás de olvidarte de tus obligaciones, aunque solo sea durante unos días.

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