Las palabras ‘papel pintado’ pueden invocar todo tipo de imágenes en la moderna mente del siglo XXI. Seguramente, estamos intentando ubicar esta escena barroca y anticuada que parece imposible concebirla como una tendencia actual. Pero las modas es lo que tienen, que se reciclan, que vuelven, que se mezclan con el hoy. Aquel comedor de la idílica familia americana de los sesenta puede que no sea la viva calcomanía de lo que sucede actualmente en los hogares, pero algo de parecido sí que tiene.
El papel pintado no vivió su época dorada hasta las décadas de los 60 y 70. La decoración de interiores entró en un terreno mucho más amplio y versátil, popularizándose de forma masiva pese a ser una opción menos económica que la pintura.
En los tiempos que corren, ¿cómo encaja esta tendencia tan nostálgica para algunos y tan desfasada para otros? ¿Qué ha heredado del pasado y qué giros se le ha dado para volver a estar en el punto de mira de todos los diseñadores del hogar de nuestro tiempo?
Desde salones y dormitorios, hasta cocinas y baños, el papel pintado es uno más en casa. Las posibilidades son infinitas y hay una para cada necesidad doméstica: vinílico, texturizado, con base textil, autoadhesivos o con efecto ladrillo. Pero lo que más preocupa o interesa son la variedad de estéticas que abarca como complemento.
Un oasis natural desde la comodidad de tu hogar
Los diseños más populares, tanto en los años sesenta como ahora, son aquellos que despliegan motivos centrales de flores y plantas, una tendencia heredada del Art Nouveau, también conocido como Modernismo. La vida silvestre, las líneas curvadas, la naturaleza exótica eran los elementos en el punto de mira de los artistas que contrajeron este movimiento artístico de finales del siglo XIX y principios del XX, que ya tuvieron éxito durante los sesenta, y que hoy vuelven a resurgir.
Estar rodeado de plantas, aunque sean de plástico o se queden en la primera dimensión, puede ser sorprendentemente beneficioso para la salud. A veces, por falta de tiempo y rutinas demasiado ajetreadas, no encontramos un hueco para salir a respirar aire fresco o tocar un poco de césped. Verdes o trazos serpenteando por las paredes crean una simulación bastante convincente del mundo exterior. Incluso nos atreveríamos a considerarlo una especie de placebo que resuelve la necesidad humana de mantener relación, aunque a menudo a distancia, con la fauna y la flora del mundo.
Desde diseños realistas hasta los trazos más discretos, te animamos a conocer más acerca de esta sofisticada opción para la decoración de tu hogar, que pone un poco de su parte a esta moda recuperada para ampliar el catálogo. Las estampaciones ya no son únicamente de pequeñas florecillas sobre un fondo beige, sino que ahora los vinilos presentan técnicas y mezclas de colores de todo tipo: trazos como a lápiz o efecto acuarela; amalgamas de vegetación diversa o patrones creados con una única flor de referencia, por ejemplo. Estamos convencidos de que hay un estilo para cada persona, para los fanáticos de la naturaleza o las obras del Modernismo, o para los que olvidan regar las macetas al tercer día.
Tus paredes son el lienzo de tu vida
Si en lugar de las florituras modernistas, prefieres algo más abstracto, ¡no deseches la opción del papel pintado con tanta prisa! Los amantes del arte del siglo XX están de suerte, pues encontramos estampados con inclinaciones similares, desde líneas limpias y paletas cromáticas simples al puro ejemplo de Mondrian, hasta gestos subjetivos y multidireccionales al estilo de Pollock.
No le temas al color
Y aquellos que se decantan por un punto medio entre lo realista y lo abstracto también deberían ponerse al día con el retorno de esta moda. Si lo que buscas son colores vibrantes y con fuerza para un espacio dinámico, o secuencias geométricas para recuperar la sensación de orden sin tener que sacrificar tu lado espontáneo, o incluso ilustraciones, entonces el papel pintado puede que acabe cubriendo el nostálgico gotelé o el blanco millennial en el que todos hemos acabado cayendo.
Hay que ver el papel pintado como un elemento decorativo más, como lo puede ser la iluminación o el mobiliario, pues está hecho para convivir, y no eclipsar, el ecosistema de tu casa. Si líneas curvas pueden convivir con las rectas, y círculos pueden encajar en cuadrados, ¿por qué no juntar mobiliario modesto con paredes bien cargadas de color y movimiento? En cuestiones de papel pintado, el juego de contrastes, tanto en sí mismo como con el entorno, es una idea poderosa que debemos explorar sin miedo.