¿Qué sería del verano sin un buen cóctel? Más allá del sabor, es interesante conocer su historia, el porqué de su popularidad y las distintas variaciones que los han llevado a conquistar los paladares más célebres durante décadas. A continuación, te presentamos algunos de los cócteles más icónicos del mundo, sus curiosos orígenes y su composición esencial para que decidas qué combinado va más contigo o con tu yo del verano.

Cosmopolitan, el trago chic de los años 90
Surgido en la década de los 90, el Cosmopolitan se convirtió en un símbolo de lo sofisticado y lo moderno, especialmente por haber estado en boca de ni más ni menos que Madonna, o el icónico personaje de ficción Carrie Bradshaw, interpretada por Sarah Jessica Parker en la aclamada serie Sexo en Nueva York. Con su estilo fresco y frutal, encarna a la perfección ese espíritu urbano y cosmopolita tan representativo de la época.
La receta clásica de esta bebida incluye vodka, zumo de arándano, algún licor seco (como Cointreau o Grand Marnier) y zumo de lima. Tras agitar la mezcla con hielo, se suele servir en una copa de cóctel, decorado opcionalmente con una rodaja de lima o una tira de cáscara de limón. El resultado: el equilibrio perfecto entre dulce y ácido.

Negroni, la elegancia italiana en un solo sorbo
El Negroni es pura sofisticación italiana, convertido en un icono del aperitivo a nivel mundial. Surgió a principios del siglo XX, cuando el conde Camillo Negroni pidió a un camarero que fortaleciera su mezcla favorita, el Americano, sustituyendo la soda por ginebra. Gracias a esta petición, hoy nos deleitamos con una bebida que equilibra lo dulce y lo amargo con el alcohol.
Este cóctel combina, a partes iguales, ginebra, vermut rojo dulce y Campari, un licor amargo italiano. Se sirve con hielo y se adorna con una rodaja de naranja que aporta frescura y un toque cítrico. Además, se ha popularizado también con múltiples variaciones, como el Negroni Sbagliato (con prosecco en lugar de ginebra) o el Negroni Bianco (con vermut blanco y licor amargo claro).

Bloody Mary, el cóctel sangriento con sabor a leyenda
El Bloody Mary no es un cóctel cualquiera, sino una sabrosa leyenda que se ha convertido en el fiel acompañante de un brunch de domingo, así como de una elegante velada de sábado noche. Su nombre proviene de la reina María I de Inglaterra, apodada “María la sanguinaria” por la persecución que ordenó contra los protestantes en el siglo XVI. Esta asociación con un personaje histórico tan controvertido le da ese aire misterioso, dando aún más fuerza a su potente sabor.
La base de este cóctel es el vodka mezclado con zumo de tomate fresco, condimentado con salsa Worcestershire, unas gotas de tabasco, y sal y pimienta al gusto. Hay quienes añaden jugo de limón para intensificar su aroma, aunque no es un imprescindible, pues ya por sí solo disfruta de un sabor robusto y lleno de matices. Sin duda, es un cóctel con carácter.

Vodka Martini, misterio y elegancia, al estilo James Bond
El Vodka Martini es uno de los cócteles más icónicos del cine y la cultura pop, sobre todo, por su vínculo con la figura de James Bond. La frase “agitado, no revuelto” ha quedado grabada en la memoria de muchos, haciendo que cualquiera que se aventure al trago de esta bebida se convierta en un personaje misterioso e interesante sin perder la elegancia y la sofisticación.
Tradicionalmente, se prepara con vodka y una pequeña cantidad de vermut seco, agitado o revuelto con hielo y servido en una copa, a poder ser fría. Y para un toque final, una aceituna verde o un twist de limón.

Tom Collins, la broma que se convirtió en clásico
El Tom Collins es una variante del Gin Sour, considerado un clásico en la coctelería desde el siglo XIX. Como casi todos los combinados, este también cuenta con leyenda propia, o mejor dicho, con anécdota propia: en Nueva York, empezó a ser costumbre entrar en un bar y preguntar por “Tom Collins”, un nombre inventado para una persona inexistente. La broma se extendió tanto que un barman vio una oportunidad de negocio con este nombre, atribuyéndoselo a algo palpable, bebible.
Se elabora con ginebra, jugo de limón fresco, jarabe de azúcar y agua con gas o soda. Su combinación de sabores cítricos y burbujeo lo hacen perfecto para los días calurosos o para quienes disfrutan más de bebidas ligeras.

Manhattan, el alma sofisticada del whisky
Si eres amante del whisky, el Manhattan es tu cóctel. Nacido en el siglo XIX, su origen más aceptado se sitúa en el Manhattan Club de Nueva York, donde se creó para una recepción a Samuel J. Tilden (futuro gobernador de la ciudad) organizada por Jenny Jerome, madre de Winston Churchill. Aunque hay versiones que cuestionan esta historia, lo cierto es que esta bebida rápidamente se popularizó y ha perdurado como un emblema de la coctelería clásica.
Se prepara con whisky, vermut rojo y unas gotas de amargo de Angostura. Se agita con hielo y se adorna con una guinda al marrasquino o una cáscara de naranja. Existen, también, distintas variaciones: algunas con vermut seco, o mezclando diferentes tipos de whisky.